jueves, 13 de marzo de 2008

nacionalismo vasco

ORIGEN DE LOS VASCONES

ORIGEN DE LOS TERRITORIOS En la unanimidad que entre los diversos historiadores se da respecto al origen de estos territorios (y puede comprobarse en los anexos), los denominados VASCONES se instalaron en el ager vasconum o zona meridional y boscosa de la actual Navarra entre los años 200 y 300 antes de Cristo, conforme lo atestiguan Tito Livio, Estrabón, Polibio y Ptolomeo.Los romanos denominan a toda la extensión de Navarra y actual País Vasco como SALTUM por razón de estar despoblada y con pocas tribus muy salvajes. Destaca el hecho de que los testimonios romanos sobre estas tribus las basan en la actividad de bandidaje y tropelías de las mismas sobre las vecinas poblaciones, y sobre todo sobre los celtas de la zona costera o norte, coincidiendo con la invasiones sobre dominios del Imperio.Se cree que en el año 75 a. de c. Se fundó Pamplona por las tropas de Pompeyo. Con la decadencia de Roma, van llegando invasiones celtas a lo largo de toda la cornisa Cantábrica, y entre Guipuzcoa, Alava y Vizcaya se instalan algunas de las tribus celtíberas con características diferenciadas.. Así en la actual Guipuzcoa se enraizan los Várdulos, en Alava los Caristios y en Bilbao y alrededores los Autrigones.Tras las divergencias habidas entre algunos expertos, la mayoría se inclina por considerar a estos pobladores de la zona norte o costera de Navarra como CELTAS. Y en los territorios que ocupan no hay indicios o hay poco rastro de habitantes anteriores. Sólo se da noticia de los llamados “vascones” en la parte de Pamplona. Posteriormente las pocas tribus que en el siglo VII vagaban por los bosques cercanos a las costas, eran restos de vascones venidos de más al sur en sus expediciones de saqueos.Respecto a los denominados VASCONES, los historiadores tienden a considerarlos restos de los IBEROS que se habían extendido por la Península, y exhiben como prueba la famosa piedra de Botorrita, llena de inscripciones ibéricas.Sin embargo , varios científicos y profesores universitarios actuales han llegado a la conclusión de que estos “vascones salvajes” con su idioma ajeno al celta, son de origen BEREBER, procedentes de Mauritania y Sahara, que probablemente fueron enrolados en el ejército de Anibal , en el 219 antes de c., en su marcha de Cartago hacia Roma, y más de 20.000 de estas tropas quedaron desperdigadas en las zonas montañosas de la actual Navarra. Lo confirman los científicos-médicos Pablo Sánchez Velasco y Francisco Leyva.Al parecer, su denominación viene de BARSKUNES, nombre que les daban los Celtas, en los años 400 a 500 después de c., a este conjunto de tribus. En sus razias por territorios de Vardulos, Caristrios y Autrigones ( de origen celta), avasallaron a muchas de estas poblaciones y se mezclaron con ellas.Antropológicamente su existencia en la Península es nula, fuera de la zona citada, y sin embargo étnicamente se confunden con los del norte de Africa, tanto en la composición del RH como en la similitud de sus idiomas. Tanto el vascuence o euskera como el idioma IMAZIREN de los beréberes tienen raíces comunes y un componente léxico casi idéntico. El berebere se llama a si mismo Imazighen, o Imaziren, (Imaz, emaitza, ziren, ziraun en euskera); ait es el prefijo de las tribus bereberes de los montes del Atlas (aita es padre en vasco), Azazga población de la Cabilia argelina, Oreta era el nombre del emisario berebere de Abdherraman (Orreta, oretza, Oretsu, Horreta), Tizi-Uzu (hitz, hitza, uzu, izu), abarraka (abarraki, abarrakitu, abarrakitzen, Adeje (adegi, sien) adwar (adar), amer (emerdi, mujer recien parida), barroka, borroka, borrokatzen), akir (aker, cabrón), amezwar (ametz, ametzkia, ametztoi, amezti, amezaga), ania (ania, hermano), arregi (arregi, arregin), ari (ari, hari), arremman (arremana, arreme, arrem, arrendu), arŧu (artzu, artzulo, artzubi, artzi), aste (asto, burro), aza (aza, berza, col), azeğif (azegi), baraka (baraka), batu (batu), errai (harrai), watan (baztan), gara (gara), ğuz (guz), amar (amar), amanan ( amana), anaz (anaz), aggur (agur), auzia ( auzia), azel (azel), azul (azul), batuta (batuta), bakka (baka), bakra (bakara), bamu (bama), banu (banu), batí (bati), baya (baya), bejaia (begaya), bere (bere), bessa, besza (beza), bittu (bitu), damya, dama (dama), gaitiza era el nombre de los hijos de bereberes que llegaron con Tarik- (gai-tu gaitzen), gava, gawa (gaba), ghaysun (gizon), ghurak (gurak), goya (goya), gourara (gurari), gouraya (guraya), gouraya (garaya), gueyala (ayala), hartala (artola), herri (herri), herru (herru), hetta (eta), hezzu (hezu), huda (uda), ikharri ( ekarri), irigai ( irigai), Irhun (irun), iszzu (izazu), iszza (isaza), ittuna (ituna), izza, izya, iza (iza, itza), izeiaq (izeiak), izid (iziz), izya (izaya), kassu (kasu), kella (kela), kenna (kena), kettu (ketu), khalaq (kalak), ksu (kasu), khetara (ketara), kulla (kuia), ladda (lada), lahna (lejona), Iak (Iak), lalla (laia) mazzi (mazi), muda (muda), muna (muna), nik (nik, yo), ouzou (uzu), qura (kura), nek (nek), saboula (sabala), sama (sama), sammer (seme), selhaq (selak), seti (sati), sirga (zirga, cuerda, cordel), sefsaf (sahats, sauce, mimosa) sura (sura), tadda (tada), tama (tama), tamazagha, (amazaga), Tamesri (tamariz), tamu (tamu), targui (targo) tarik (tarik), tauscher (takera), thablalt (zabalaz), thala (zala), thamazga (amazaga, amezaga), themuth,(zemuz), tizi (titzi), -ŧuzarŧ (txiral-brezo), tarat (darat-ulu), tamezak (damnatzaile), toker (toke), uaddan (uhalde, torrente), ud (uda, verano), ukil (uki, tocar), ult (ulitu) urŧan (urtza, urzain), yarra (yarra), zabala (zabala), zagari (zahagi) , zidan (zidan), zidar, thidir (zidar), zula, thula (zula), thurda (zurda), thureghth, (zuregaz), zamar (zamar, lana esquilada), zana (zana), zeda ( zut, pino) zegna (zeña), zergha (zerga), zibba (ziba), zwira (subirá, subirá), zayar, ( zahar), zidan (zidan), zigza (zugaza), zigza (zitza), zugai (zudai), zetu (izetu), zeggan (zegan), zoua (zohar), zriba, zeriba ( zoribeltz), zuaia (zuail, zuaitz, arbol) . Valgan estos como ejemplo suficiente de la identidad de vocablos entre el vasco y berebere, porque continuar resultaría desproporcionado en este trabajo. Tampoco se ha dado explicación (salvo la rayana en el desvarío de que todos procedemos de los vascos) sobre los numerosos nombres y toponimia vasca presentes en grandes zonas de España: Andalucía, Levante, el Ebro, la meseta, no sólo del nombre ili o iri = ciudad, sino de otra variada serie de topónimos—ahí están, entre otros muchos, Arriaca, la Guadalajara de hoy y el pico abulense llamado Gorría— por el solar de expansión de los almerienses, desde Río Tinto hasta el Garona y el hallazgo de palabras y aun de frases en inscripciones ibéricas, plomos y vasos y de nombres en inscripciones romanas que registran habitantes de lengua igual a la vasca en tierras iberas —por ejemplo en el bronce de Ascoli. En el terreno de los nombres, valga como ejemplo el apellido vasco Ibarra mucho más frecuente en el resto de España que en el propio País Vasco; Ibarra deriva de ibar(r)-a, «la vega, la ribera». La variante gráfica Ybarra, se registra sobre todo en Andalucía. Esto demuestra que lejos de ser vasco el origen que se le supone, se trata de los apellidos procedentes de los asentamientos bereberes del sur y este de la península ibérica, ya que no existe ningún antecedente ni indicio de que en esas áreas hubiera sido alguna vez poblada por vascones, (ya hemos dicho que no podía haber vascones donde no había celtas que los llamaran así), pero sí que hubo presencia de bereberes libiofenicios y tingitanos, cuya lengua, el amazig, era sin duda la misma que hablaban los vascones.Otra cuestión tampoco explicada es como un pueblo hipotéticamente tan aislado según la teoría de los investigadores vascos, además de ser de “razas varias”, fuera tan salvaje y expansionista como los describen los romanos, hasta el punto de desplazar de sus asentamientos a todos los poblados celtas que las primeras crónicas romanas situaban en las zonas luego vasconizadas de los suesetanos, iacetanos, várdulos, berones, lusones, edetanos y cerretanos. Los vascones son el único grupo humano cuya localización varía de una crónica a la siguiente, otro indicio más de que carecían de solares de asentamiento y de infraestructura propios. Todas las crónicas coinciden en que el medio de subsistencia de los vascones era el saqueo de ciudades y haciendas, que perpetraban en bandadas (baudiones), regresando a continuación a sus refugios de montaña. Siglos después de las primeras crónicas en las que fueron citados, los romanos continuaban describiéndolos como “hombres, aislados, rudos y salvajes que adoraban el fuego y realizaban sacrificios humanos en sus rituales. Su rudeza y salvajismo no se deben sólo a sus costumbres guerreras, sino también a su alejamiento; (...). Sin embargo, hoy el mal es menor gracias a la paz y a la presencia de los romanos ("Estrabón, Geografía II,3.).El salvajismo de los vascones era tal que los pobladores celtas y celtíberos de las actuales provincias vascas, recibían siempre con agrado a todos los ejércitos civilizados, ya fueran romanos, íberos o visigodos, prefiriendo perder buena parte de sus posesiones como tributo, a arriesgarlo todo a la amenaza de los continuos saqueos de las bandas vasconas.Los investigadores vascos tratan de explicar el salvajismo por un súbito cambio en el carácter de los vascones, pero lo cierto es que desde los primeros indicios de la presencia de ese grupo humano, el comportamiento salvaje de los vascones es su descripción constante en todas las crónicas existentes. La desenfrenada actividad de saqueo, matanzas y ocupación de haciendas y solares celtas desde que fueron localizados por primera vez el año 189aC es un claro indicio de que su presencia en la zona no tenía su origen en el crecimiento vegetativo de una población autóctona con solar propio, sino en la llegada masiva y simultánea de visitantes extranjeros de esas concretas costumbres a la zona y de ahí su imperiosa necesidad de saquear para sobrevivir y de emparejarse con las mujeres de los poblados saqueados, lo que conduce una vez más a lo acaecido en ese punto durante el paso de las tropas de Aníbal para establecer el origen de los vascos. La lógica explosión demografica sobrevenida como consecuencia de las circunstancias de su instalación en el “saltus vasconum” (la montaña navarra), les llevó a ocupar, tras saqueos y matanzas el “vasconum ager” (el valle navarro), los solares de los celtas suesetanos en el 184 aC, que a partir de esa fecha ya no volvieron a ser citados en su solar de origen, los solares iacetanos, situados en la zona de Jaca en las fuentes de Timágenes (época de Augusto) citadas por Estrabón, y en las posteriores ya no se mencionan apareciendo en su lugar los vascones, que tambien fueron localizados posteriormente en Calaqurris (Calahorra- Logroño) en la época de Sertorius (77 y 74 aC), y finalmente en los solares del Cantábrico y la Aquitania. Es conveniente destacar que el componente genético de los celtas y de los pobladores de Escandinavia, y norte de Francia e Irlanda es el mismo y ya tenían antepasados en Atapuerca, cifrados en un millón de años de antigüedad, mientras que en los denominados barskunes o navarros componente genético es COINCIDENTE con el norteafricano actual.Hasta el siglo IX no hay señales de que fueran cristianizados. De su mobiliario (arcas o kutxas) las figuras que ostentan se corresponden con la cultura magrebí, por ejemplo en el eguzkilore y en la estela. Y el actual Lauburu es un símbolo del siglo XVI.Según las crónicas que han llegado, entre los años 652 y 672 los saqueos por todo el norte dejando los campos sembrados de cadáveres, sin respetar iglesias, clérigos ni pobladores, sobre autrigones, caristios, vardulos y cántabros era lo habitual de estas tribus a las que llamaban Barskunes.En el año 1140 Aimeric Picaud, que escribió el Códice Calixtino, dejó constancia de estas actuaciones de las gentes que llamaban Barskunes.En Guipuzcoa y mitad de la llanura de Vitoria los Vardulos fundaron ciudades como Tritium Tuboricum (Motrico), Tullonium (Alegria) Alba ( Salvatierra). Los celtiberos administraban Justicia y adoptaban sus acuerdos en el Arbol de Guernica, árbol que era sagrado para los celtas (vardulos, caristios y autrigones)Los romanos destacaron con nitidez la diferencia existente de los vascones por un lado, y los vardulos o caristios o autrigones, por otro.Para el nacionalista Francisco de Abrisqueta , el euskera es idioma de hace 7.000 años pero no aporta dato alguno para justificarlo. Sin embargo, a tenor de los historiadores romanos y actuales, no había nadie en las tierras llamadas de Vascones antes del 400 anterior a Cristo., pues eran bosques deshabitados.Abrisqueta afirma que “Vivían en zona boscosa y selvática, y que los autrigones, várdulos y caristios son descendientes de los barskunes, y por tanto no celtas”. Lo cual ha quedado muy documentalmente confirmado que es falso, puesto que siendo celtas los citados primeros, fueron dominados y avasallados por los barskunes y obligados a mezclarse racialmente. Tampoco resultan ser iberos los barskunes porque antropológicamente no tienen la menor similitud.Las muertes, violaciones y razias, de la época romana y posterior, las atribuye Abrisqueta a los Visigodos, a efectos de exonerar a los barskunes, contradiciendo las crónicas de historiadores romanos . Y además no concuerda cronológicamente, dado que los visigodos no llegaron hasta el 415 d.c.Para el profesor José Luís Orella, los únicos habitantes del actual País Vasco eran los céltícos várdulos, autrigones y caristios, completamente separados de unas tribus salvajes de la zona de Pamplona, y a los que los primeros llamaban “vascones” y los romanos llamaban “navarros.”

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